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"Las mujeres de ascendencia africana forman parte de un legado extraordinario. Han liderado movimientos para poner fin a la esclavitud y defender los derechos fundamentales para sí mismas, sus familias y comunidades", afirma la Directora Ejecutiva del UNFPA, Dra. Natalia Kanem. "Las mujeres afrodescendientes nunca han renunciado a la búsqueda de igualdad, justicia y reconocimiento. Son defensoras incansables porque viven la realidad de formas interconectadas de discriminación. Al exigir sus derechos inalienables, están contribuyendo a sociedades más justas e inclusivas".

Al conmemorar el tercer Día Internacional de las Personas de Ascendencia Africana este año, celebramos las extraordinarias contribuciones de las mujeres afrodescendientes al mundo, contribuciones que surgen a pesar del racismo sistémico que alimenta la violencia y excluye a las personas de ascendencia africana de servicios, tierras, vivienda, atención médica, educación, trabajo, participación política y justicia.

Las mujeres y niñas de ascendencia africana llevan una doble carga, ya que la intersección del racismo y el sexismo agrava la desigualdad, la exclusión y la injusticia, incluso en sistemas de salud cruciales. Las mujeres y niñas afrodescendientes se ven desproporcionadamente afectadas por el embarazo adolescente y la maternidad temprana, junto con los impactos asociados de la pobreza y la salud; en las Américas, las tasas más altas de muertes maternas entre las personas de ascendencia africana señalan patrones de abuso y negligencia en la educación médica, la formulación de políticas y la prestación de servicios de salud. La gran mayoría de estas muertes maternas son prevenibles.

El maltrato de las personas afrodescendientes en entornos de salud refleja creencias racistas y heredadas de la era de la esclavitud que aún están presentes en los planes de estudio médico, así como una discriminación racial y de género arraigada. En efecto, las historias interconectadas de racismo, opresión y discriminación dejan a las comunidades de personas de ascendencia africana luchando con servicios e infraestructuras insuficientes. Experimentan disparidades persistentes en educación y empleo y a menudo viven en áreas con niveles más altos de contaminación y vulnerabilidad al cambio climático.

Para liberar todo el potencial de la juventud afrodescendiente, especialmente las jóvenes mujeres, es necesario abordar las causas sistémicas de la marginación, incluidas las barreras para la salud sexual y reproductiva.

Para lograr la salud y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y niñas afrodescendientes, es necesario abordar el racismo estructural, el sexismo y la discriminación. Los datos mejorados son una prioridad: la falta de datos desglosados por raza oculta patrones de desigualdad en todo el mundo, socavando los esfuerzos para prevenir, combatir y erradicar el racismo. Además, los servicios para realizar el derecho a la salud deben reflejar las preferencias definidas por las mujeres y niñas, e integrar prácticas de atención médica intercultural y respeto por el conocimiento ancestral.

El UNFPA está comprometido a mejorar la prestación de servicios de salud y lograr el reconocimiento, la justicia y el desarrollo para todas las personas de ascendencia africana, especialmente mujeres y niñas.

En todo el mundo, las personas de ascendencia africana están hablando y liderando acciones colectivas para poner fin al racismo y las injusticias que perpetúa. Poner fin al racismo requerirá el esfuerzo de todos nosotros, trabajando juntos para cambiar normas sociales, prácticas y políticas discriminatorias, ampliar la participación, transformar instituciones e invertir en comunidades, y poner fin a la inacción y la impunidad.