Semana de la Maternidad Voluntaria, Segura y Saludable 2025: por un país donde ninguna mujer muera por causas evitables
Cada año, durante la tercera semana de mayo, el Perú conmemora la Semana de la Maternidad Voluntaria, Segura y Saludable para promover el derecho de todas las mujeres a decidir voluntariamente y con autonomía ser madres y acceder a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad antes, durante y después del embarazo y parto.
En el Perú, si bien la salud materna ha mejorado en la última década, continúa siendo una deuda pendiente. En 2024, ocurrieron cinco muertes por semana por causas relacionadas con el embarazo, parto o postparto. Al menos dos tercios de estas muertes podrían haberse evitado.
Aún hoy, muchas mujeres en el país enfrentan múltiples barreras que limitan su acceso oportuno a servicios integrales de salud sexual y reproductiva. Las más afectadas son aquellas que viven en situación de pobreza, en zonas rurales o lejanas, mujeres indígenas y afroperuanas, con bajos niveles educativos o con discapacidad. Las desigualdades sociales, económicas y territoriales siguen condicionando el derecho a una maternidad saludable, segura y voluntaria.
Si bien entre 2014 y 2024 el país logró reducir el número de muertes maternas de 409 a 244, ninguna muerte materna debería ser aceptable. Cada una representa la vida de una mujer truncada, una familia afectada y una comunidad abatida.
Un dato preocupante es el incremento de muertes maternas entre niñas y adolescentes. De las 244 muertes registradas en 2024, el 14.3% correspondió a adolescentes menores de 19 años, en comparación con el 10.9% en 2019. Esta tendencia evidencia el riesgo desproporcionado que enfrentan las niñas y adolescentes, muchas veces como consecuencia de embarazos forzados vinculados a violencia sexual, o embarazos no planeados debido al limitado acceso a servicios de salud sexual y reproductiva.
El embarazo temprano no solo pone en riesgo la salud física y mental de las niñas, sino que limita su desarrollo, su trayectoria educativa y su autonomía. Frente a ello, la Educación Sexual Integral (ESI) es una herramienta clave para garantizar que niñas y adolescentes cuenten con información, capacidad de decisión y protección frente a la violencia.
Desde el UNFPA, trabajamos para que todas las decisiones reproductivas sean libres, informadas y respetadas. Promover una maternidad voluntaria, segura y saludable es también una forma de construir autonomías, reducir desigualdades, garantizar derechos y edificar comunidades más justas y resilientes.
A nivel global, la situación no es menos alarmante. Según el informe “Trends in Maternal Mortality 2000 to 2020”, publicado por la OMS, UNICEF, UNFPA, y el Banco Mundial, en 2020 murieron aproximadamente 287,000 mujeres en el mundo por causas relacionadas con el embarazo y el parto. Esto representa una muerte materna cada dos minutos. Las principales causas siguen siendo hemorragias graves, infecciones, trastornos hipertensivos como la preeclampsia, complicaciones del aborto inseguro y condiciones médicas subyacentes agravadas por el embarazo.
La mayoría de estas muertes pueden evitarse si las mujeres reciben atención prenatal, parto asistido por personal capacitado y cuidados posnatales. Para ello, es esencial invertir en sistemas de salud accesibles, interculturales, resilientes y con enfoque de derechos.
La Semana de la Maternidad nos recuerda la urgencia de redoblar esfuerzos para que ninguna mujer embarazada muera por razones evitables. En línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y los Resultados Transformadores del UNFPA, aspiramos a alcanzar cero muertes maternas prevenibles al 2030.
Para lograrlo, debemos seguir trabajando de forma articulada entre el Estado, la sociedad civil, la cooperación internacional y las comunidades. Porque cada vida cuenta.