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El 12 de agosto se conmemora el Día Internacional de la Juventud y es un buen momento, dado el contexto en el que mundo sigue inmerso, para compartir la historia de la campaña "Las Juventudes Marcamos La Diferencia" realizada en Perú, durante los primeros meses de la pandemia. 

Los y las adolescentes y jóvenes (personas entre los 12 y los 29 años) conforman juntos la tercera parte de la población peruana. Se trata de un grupo representativo que enfrenta serios desafíos durante la emergencia sanitaria por el COVID-19, pero también demuestra un gran liderazgo para generar transformaciones y aportar a la sociedad.

“Las juventudes marcamos la diferencia” es una campaña llevada a cabo por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en Perú junto al Ministerio de Educación (MINEDU) y la Secretaría Nacional de la Juventud (SENAJU). Su objetivo es posicionar a las nuevas generaciones como actores estratégicos en la tarea de salvar vidas durante la emergencia y contribuir a la convivencia democrática con igualdad de oportunidades para hombres y mujeres durante el aislamiento.

¿Por qué precisamente son ellos los llamados a la acción? “Pensamos que tienen el poder de transformar normas sociales, actitudes y comportamientos que contribuyan a su bienestar y el de los demás”, explica Carmen Murguía, Analista de Programa en el área de Adolescencia y Juventud del UNFPA en Perú. 

“Los jóvenes han estado influenciados, en mayor medida, por la globalización y por corrientes positivas, como el mayor respeto a la igualdad de género, las diferencias y la inclusión”, complementa José Montalvo, Secretario encargado de la SENAJU.

Por ello, representan un grupo etario muy consciente de las desigualdades, la discriminación, la violencia y otros aspectos que, justamente, se ponen de manifiesto en situaciones de emergencia y aislamiento. 

Retos y expectativas

Son estos desafíos y otros relacionadas con el cuidado mutuo, la empatía, la continuidad del aprendizaje, el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, así como la interacción de manera segura en los entornos digitales los que se abordan en la campaña a través de una guía, flyers e infografía con mensajes clave y piezas gráficas en redes sociales de gran alcance, plataformas con las que adolescentes y jóvenes están familiarizados. Se espera, además, que estas herramientas y contenidos sean difundidos en la estrategia de teleeducación del gobierno “Aprendo en casa”.

Como parte del compromiso con la interculturalidad del UNFPA, los contenidos de la campaña fueron traducidos y difundidos en cuatro lenguas originarias peruanas, dos andinas: quechua y aimara; y dos amazónicas: ashaninka y shipibo. Adicionalmente, y en una estrategia por sumarse a los mensajes de aliento y liderazgo a las juventudes globales, los contenidos fueron traducidos al inglés (flyers e infografía).  

“El material desarrollado en la campaña toca áreas que no solo están impactando en la vida de miles de adolescentes y jóvenes durante la emergencia, sino que tendrán implicancias en su trayectoria de vida a la adultez: interrupción en su educación, limitado acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, riesgo de embarazos no planeados y uniones tempranas, desempleo, entre otras”, resalta Carmen Murguía.

Pese a que el panorama se presenta complicado, todavía hay esperanzas. “Confío en la resiliencia, el liderazgo y la creatividad de adolescentes y jóvenes para proponer nuevas reglas de juego y nuevos patrones sociales en lo que será la nueva normalidad pos COVID-19”, añade Murguía. 

La juventud tiene la palabra.