Día Internacional de la Niña: Declaración de la Directora Ejecutiva de Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Dra. Natalia Kanem

Cada niña tiene una visión de lo que traerá su vida. Es necesario apoyar y proteger ese sueño durante el transcurso de sus vidas.

Sin embargo, para millones de niñas, la adolescencia es una etapa en que las puertas se cierran de golpe.

La transición gradual a la adultez se interrumpe bruscamente con el embarazo precoz y la violencia de género, incluidas prácticas nocivas como el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina, que las privan de sus derechos y opciones fundamentales. La pobreza, los conflictos prolongados y la fragilidad crónica aumentan la probabilidad de estos riesgos.

Cada año, las adolescentes de entre 15 y 19 años en países de ingresos bajos y medios experimentan 21 millones de embarazos; casi la mitad de ellos no son planificados. Para muchas de estas niñas, esto significa no solo una vida truncada, sino también una vida cortada por completo. Las complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto son una de las principales causas de muerte entre las adolescentes en todo el mundo.

El mes pasado, líderes mundiales firmaron un pacto global que incluía compromisos para desmantelar la desigualdad de género y abordar las violaciones que ésta provoca, las cuales actúan como frenos para las aspiraciones de las niñas. Reconocieron que la paz y la prosperidad de nuestro futuro compartido dependen de la capacidad de las adolescentes para ejercer sus derechos humanos y alcanzar su máximo potencial.

Cuando las adolescentes están saludables, educadas y empoderadas con habilidades y oportunidades para forjar un futuro brillante, ellas y sus hijos —si deciden tenerlos en la adultez— tienen mayores posibilidades de tener una vida mejor.

Las adolescentes, que suman 600 millones en todo el mundo, tienen la capacidad de transformar su futuro, el de sus comunidades y el del conjunto de la humanidad.

En este Día Internacional de la Niña y todos los días del año, trabajemos para eliminar todas las barreras que impiden que las adolescentes alcancen su máximo potencial, y escuchemos su llamado por la libertad de vivir en paz y decidir el rumbo de sus vidas.

Las adolescentes tienen una visión clara del futuro que desean. Apoyémoslas para que lo hagan realidad; apoyémoslas y no nos interpongamos en su camino.