El potencial de los 600 millones de niñas que hay en el mundo representa infinitas posibilidades para todos nosotros. Permitir que las niñas ejerzan hoy sus derechos y accedan a las oportunidades impulsará a las sociedades hacia un mañana mejor.

Con esto en mente, el tema del Día Internacional de la Niña de este año es: «La visión de futuro de las niñas».

Las jóvenes reclaman cada vez más su derecho a participar en los espacios económicos, sociales y políticos. Invertir en la salud, el bienestar y las capacidades de las niñas no sólo las beneficia a ellas, sino también a sus familias y a la próxima generación.

Sin embargo, los numerosos beneficios de invertir en las niñas siguen en gran medida sin materializarse y millones de ellas se enfrentan a la discriminación, la exclusión y la opresión.

La violencia y otras violaciones de derechos amenazan el empoderamiento de las niñas. Las adolescentes se enfrentan de forma desproporcionada a las amenazas de la violencia de pareja, los embarazos precoces, las maternidades forzadas y las prácticas nocivas, lo que contribuye a una mala salud mental y física, incluida la salud sexual y reproductiva.

A nivel mundial, casi una cuarta parte de las adolescentes habrán sufrido violencia física y/o sexual por parte de su pareja antes de cumplir los 20 años. Aproximadamente 12 millones de adolescentes entre 15 y 19 años dan a luz cada año en las regiones en desarrollo del mundo. Además, las niñas y adolescentes son un grupo objetivo cada vez mayor sometido a la violencia de género facilitada por la tecnología debido a su creciente uso de las tecnologías y los espacios digitales. Esas condiciones afectan aún más a las niñas y adolescentes con alguna discapacidad, índigenas y afrodescendientes, y aquellas que residen en zonas rurales o urbano marginales.

En el Perú, las cifras hablan por sí solas. En el 2023, cada día en el Perú, 4 niñas de 10 a 14 años se convirtieron en madres y 12 quedaron embarazadas. Asimismo, en el 2023, el MIMP ha registrado y atendido más de 21,800 casos de niñas y adolescentes víctimas de violencia sexual. Según la ENDES 2023, tres de cada cuatro embarazos o nacimientos de madres de 15 a 19 años, hubieran preferido postergados.

Debemos trabajar para salvaguardar y defender los derechos de las niñas y adolescentes, especialmente de aquellas que corren el riesgo de quedarse atrás, como las que viven en condiciones de pobreza crónica y conflictos prolongados.

Todas las niñas y adolescentes tienen derecho a decidir sobre su cuerpo y su futuro. Construyamos un mundo más justo e igualitario en el que las niñas y adolescentes crezcan seguras y sus derechos y opciones sean reconocidos y respetados.

Para hacer realidad esta visión es necesario invertir estratégicamente en políticas e iniciativas centradas en el desarrollo de las capacidades y la confianza de las adolescentes, además de fomentar la igualdad y ampliar el acceso a la información y los servicios de salud sexual y reproductiva.

«La vida de una niña debería comenzar como debería comenzar cualquier otra vida: como un libro abierto en el que pueda escribir su propia historia», ha comentado la Directora Ejecutiva del UNFPA, la Dra. Natalia Kanem. «No obstante, desde el momento en que una niña respira por primera vez, ya se encuentra en desventaja sencillamente porque nació niña».

Es hora de atender el llamado de las voces juveniles que abogan por los derechos, la equidad y la inclusión.