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“Nos discriminaban, pero no hice caso. Hoy, oriento a mujeres para que los derechos de su identidad sean respetados”.

Cuando estaba en el colegio, en Yurimaguas, Cecilia Pizango Chanchari y sus amigas eran discriminadas. “Las indígenas no saben hablar”, les decían. Ella no les hizo caso y hoy, varios años después, es una profesional y líder indígena que trabaja para hacer respetar los derechos de identidad de su comunidad.

Primero fue policía en una comunidad nativa, luego fue elegida Apu (jefe). Como parte de la Organización Nacional de Mujeres Indígenas y Amazónicas del Perú (ONAMIAP), Cecilia orienta a mujeres para que no se sientan avergonzadas de su identidad. “Tenemos que hacer visibles nuestras costumbres, idiomas y vestimenta”, remarca.

Tenemos que hacer visibles nuestras costumbres, idiomas y vestimenta.

Esta necesidad de visibilizar la identidad étnica también se ve reflejada en la importancia de contar con un registro de la variable de autoidentificación étnica. “Así se puede saber, por ejemplo, qué problema de salud tiene un hermano shawi”, precisa Pizango, quien constantemente coordina con el encargado del centro de salud de Balsapuerto para que el personal del Estado respete los derechos de identidad de las mujeres que son atendidas.

Luchar por estos derechos es indispensable, y para ello se requiere un trabajo en conjunto entre Estado, sociedad civil y cooperación internacional.

Desde el frente de UNFPA, contribuimos a visibilizar este problema y así exponer las brechas existentes entre los pueblos indígenas u originarios y la población afroperuana con respecto al promedio nacional en cuanto a registros de muerte materna se refiere.

 

Para mayor información: https://peru.unfpa.org/es/registro-de-la-variable-etnica