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Para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el mundo necesita aprovechar al máximo el potencial de todas las generaciones. Por ello, en el 2022, el tema central para conmemorar el día internacional de la juventud es “Solidaridad Intergeneracional: Creando un Mundo para Todas las Edades”.

 

 

La solidaridad entre generaciones es clave para el desarrollo sostenible. En todos los países, y en particular en el Perú, debemos colaborar para fomentar relaciones y asociaciones intergeneracionales exitosas y equitativas para asegurar que “nadie se quede atrás”. Las relaciones intergeneracionales no solo son cambiantes, sino que también están atravesadas por múltiples heterogeneidades: territoriales, étnicas, según condiciones de discapacidad, socio-económicas, o de acceso a oportunidades de desarrollo, entre otras.

El Secretario General de la ONU ha identificado el cambio demográfico como una de las cinco mega tendencias que están configurando nuestro futuro común. Todos los países experimentan el cambio demográfico de una manera u otra: como un crecimiento continuo de la población en algunas partes del mundo, la disminución de la fecundidad y el envejecimiento en otras, así como la aceleración de la migración y la urbanización.

 

 

Perú disfruta de un bono demográfico en su nivel óptimo (60,3%), a partir del cual se generan oportunidades para el crecimiento económico, pero también desafíos para las políticas públicas asociadas para su adecuado aprovechamiento a partir de invertir en el desarrollo de capital humano asociado al incremento de la productividad (estimulación temprana, educación, formación profesional), la mejora de condiciones de vida (salud, vivienda y cuidados), la participación de la mujer en la economía, el acceso a oportunidades laborales con acceso a seguridad social, buenas remuneraciones y mayor estabilidad, y la ampliación de las fuentes de ingresos (emprendimientos). Por lo tanto, da lugar a condiciones favorables para el crecimiento de la producción; el aumento de ingresos per cápita, el ahorro y la inversión e incluso pagar impuestos; y la acumulación de capital humano. Además, contribuye a una población con ingresos propios asegurados a lo largo de su vejez, más saludable y con mayores autonomías.

 

 

Es una época en donde se cuenta con una mayor cantidad de personas en edad potencialmente productiva, con niveles de dependencia históricamente muy bajos, en relación con las generaciones pasadas y futuras. Una época altamente favorable para el crecimiento económico con inclusión e igualdad de oportunidades para todas las personas a partir de un marco integrado de políticas de desarrollo que articulen los temas de producción, población, desarrollo social y derechos humanos.  Esto supone el desarrollo de capacidades institucionales ajustables en términos normativos, técnicos y operativos a las necesidades demográficas diversas y cambiantes a lo largo del tiempo.

Es clave capitalizar el potencial creativo y productivo de una sociedad para todas las edades, fortaleciendo las capacidades de las personas en edad de trabajar y al mismo tiempo crear comunidades más inclusivas que permitan el aprovechamiento completo de la experiencia y la energía de las personas mayores en el marco de lo que denominamos resiliencia demográfica. 

 

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