Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar, ENDES 2015, elaborada por el INEI y presentada el 26 de mayo en Lima, 13.6% de las adolescentes entre los 15 y los 19 años han estado embarazadas, proporción que continúa siendo alta y que incrementa entre aquellas adolescentes que se encuentran en mayor situación de vulnerabilidad. Así, entre aquellas que sólo terminaron primaria 1 de cada 3 estuvo embarazada (37.9%); entre las más pobres, 1 de cada 4 (24.9%), al igual que entre las adolescentes de la Selva; mientras que entre aquellas que provienen de zonas rurales, 1 de cada 5 (22.5%).
Dado que la población adolescente ha aumentado en los últimos años, el número total de embarazos en este grupo de edad también ha incrementado, pese a disminución de un punto porcentual de adolescentes que han estado embarazadas con respecto a la ENDES 2014. Esta situación es preocupante debido a que el embarazo suele afectar las posibilidades y oportunidades de las adolescentes para realizar sus planes de vida, así como el desarrollo de su familia, y en la mayoría de los casos, no es producto de una decisión libre, informada y autónoma.
“Un 60% de estas adolescentes hubiesen querido postergar el embarazo, porcentaje que duplica a quienes manifestaban esto en la ENDES 1991/92. Además el intervalo entre el primer y el segundo embarazo es menor entre las adolescentes que entre las mujeres adultas, y si la madre es adolescentes la mortalidad infantil es mayor, así como la desnutrición y la anemia en sus hijos”, explicó Walter Mendoza, Analista de Programa en temas de Población del UNFPA.
Un reflejo de las inequidades por ámbito geográfico
Según revela la ENDES 2015, los porcentajes más altos de adolescentes que han estado embarazadas se encuentran en las áreas rurales, proporción dos veces a mayor al porcentaje en áreas urbanas. Asimismo, de las seis regiones con mayor porcentaje de embarazos en este grupo de edad, cinco pertenecen a la Selva, donde se encuentran los porcentajes más elevados. En regiones como San Martin y Ucayali, más de la quinta parte de estas adolescentes han tenido un segundo embarazo (21.5% y 20.1%, respectivamente); y en Loreto, más de la cuarta parte (27.3%).
Las adolescentes que cursan un segundo embarazo aún presentan limitaciones para acceder a servicios de planificación familiar y métodos anticonceptivos modernos. Ello restringe sus derechos a prevenir un embarazo o postergarlo si así lo desean.
Retos para continuar fortaleciendo la ENDES a 30 años de su primera edición
Los comentaristas que participaron en la presentación de la ENDES 2015 resaltaron su valor como un instrumento sólido para la formulación de políticas públicas y un esfuerzo del Estado peruano, que ha logrado posicionarse como una buena práctica internacional que debe ser fortalecida y cuya ejecución periódica debe ser continuada en el próximo gobierno.
“La ENDES es un bien público del Perú, ejecutado con autonomía, de alto nivel, reconocido y que cada vez usamos más. Es fundamental para cualquier ejercicio de política pública”, aseveró Ariela Luna, Viceministra de Políticas y Evaluación Social del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS). “El Perú es uno de los pocos países que tienen datos periódicos anuales. Es necesario fortalecer esta herramienta, así como presentar y discutir los datos a nivel local, abogar por una muestra mayor y tener una mirada especial para la población indígena y andina”, complementó Percy Minaya, Viceministro de Salud Pública del Ministerio de Salud (MINSA).
Los comentaristas coincidieron además en señalar la necesidad adoptar una mirada más integral de los indicadores y complementar los resultados de las Encuestas Nacionales con la información ofrecida por los registros administrativos. Igualmente, insistieron en la necesidad de promover un mayor uso de esta encuesta a nivel nacional y sub-nacional.
6 evoluciones destacables que ofrece la ENDES 2015
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Las tendencias del embarazo en adolescentes en las últimas décadas no muestran descensos. Ha habido un incremento del embarazo en adolescentes en la Costa, en particular en Lima Metropolitana, que en conjunto congregan a más de la mitad de la población de mujeres de 15 a 19 años en el país.
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Se ha logrado un sostenido crecimiento de la atención institucional del parto por personal calificado, aunque todavía hay inequidades entre los departamentos más pobres. La brecha urbana rural en la atención a cargo de algún profesional ha pasado de ser 5.1 en 1986 a 1.3 en el 2015.
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Persiste la baja prevalencia en el uso de métodos anticonceptivos modernos en mujeres unidas: una de las situaciones más preocupantes en la última década. Desde el año 2000, su uso se ha estancado en torno al 50% (53.3% al 2015), todavía entre los más bajos de América Latina.
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Porcentaje de mujeres que han sido víctimas de violencia disminuyó ligeramente (-1.6%), pero continúa siendo alto: 7 de cada 10 mujeres (70.8%) han sido víctimas de violencia física, sexual o psicológica por parte de sus parejas.
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Ha incremento el porcentaje de cesáreas: en 1991/92, la ENDES reportaba que el 10% del total de partos se realizaba mediante ese procedimiento, mientras que el 2015 aumentó a 31.6%, alcanzando casi el 56% en el quintil superior de riqueza.
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El tamaño de la muestra de la ENDES 2015 ha aumentado lo que supone mayor confiabilidad de los resultados a nivel sub-nacional.