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La violencia de género constituye un grave problema de salud pública y restringe gravemente los derechos de mujeres, adolescentes y niñas. Esta lamentable práctica, afecta su autonomía corporal, limita su capacidad de tomar decisiones y constituye una de las más frecuentes formas de discriminación de género. 

Las estimaciones mundiales publicadas por la OMS indican que alrededor de una de cada tres (35%) mujeres en el mundo han sufrido violencia física y/o sexual de pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida. A nivel regional, el contexto de emergencia por crisis sanitaria frente al COVID-19 obligó, además, a millones de mujeres y niñas a convivir con sus agresores y a disminuir sus posibilidades de protección y denuncia².

En este contexto, la mayoría de los países, reportaron un aumento de las llamadas a las líneas de atención y apoyo. Perú, no ha sido la excepción, la gestión remota de los casos se estableció como el canal más demandado por las sobrevivientes para la búsqueda de justicia, protección y bienestar. Sobre el particular, las cifras del MIMP demuestran un incremento de 97% en el número de llamadas telefónicas atendidas por la Línea 100 (enero a diciembre 2020), si lo comparamos con el mismo periodo durante el 2019.

Por su parte, la ENDES 2020, ha reportado que el 54,8% de mujeres manifiestan haber sufrido violencia alguna vez en su vida por su esposo o compañero. Asimismo, 8.8% mujeres alguna vez unidas, declararon que fueron víctimas de violencia física y/o sexual por parte de su actual o último esposo o compañero en los 12 meses.  La violencia física y/o sexual, en los últimos 12 meses, para mujeres que se autoidentificaron con el grupo de origen nativo asciende a 9,6%. De igual manera, la violencia psicológica y/o verbal, fue mayor en aquellas mujeres cuya autoidentificación de origen étnico es con el grupo nativo; es decir: quechua, aimara, nativo de la Amazonía, perteneciente o parte de otro pueblo indígena u originario (54,0%), el promedio nacional para este tipo de violencia es de 50,1%. Según lengua materna, la violencia psicológica y/o verbal, fue declarada en mayor porcentaje por aquellas que aprendieron en su niñez alguna lengua nativa (55,2%).

Asimismo, en los últimos años se ha observado un incremento de feminicidios según un reciente informe publicado por el INEI, que señala que el número de víctimas por feminicidio presentó una tendencia creciente, pasando de 84 en el 2015 a 148 en el año 2019. Durante el 2020,  el Programa Aurora del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, reportó 131 feminicidios. A nivel sub nacional, algunas regiones como Ayacucho, Ancash, Lambayeque, Madre de Dios y Huánuco registran un incremento de casos de feminicidios durante el 2020, si se comparan con los registros del 2019. En el ámbito de las tentativas de feminicidio, vale destacar el caso de la región Ancash, que ha triplicado el número (de 7 a 21 para el 2020.

En relación a servicios esenciales de salud, los Centros de Salud Mental Comunitarias (CSMC) del MINSA, durante enero a septiembre 2020, atendieron a 34,098 mujeres por casos de violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar.  Según el Observatorio Nacional de la Violencia contra las Mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar, las regiones donde se registraron mayor número de casos atendidos por violencia en los CSMC fueron Piura con 10 741 casos, Lima con 4938 y Arequipa con 5,951 casos. El MINSA también informa que, entre enero a setiembre del 2020, se detectaron 700 casos de gestantes que sufrían violencia en los Establecimientos de Salud a nivel nacional. La región con mayor número de casos es Madre de Dios (94 casos), seguido de Cusco (74 casos), y Huancavelica (65 casos) detectado.

Frente a este escenario, el UNFPA y el MINSA articulan esfuerzos para asegurar una respuesta sanitaria de calidad frente a la violencia de género.

Desde el inicio de la pandemia,  el trabajo articulado de ambas instituciones,  ha permitido la aprobación de un conjunto de protocolos para la gestión de casos de violencia en contexto de emergencia,  el fortalecimiento de las capacidades del personal para asegurar atención de calidad para las víctimas  y la promoción de la articulación del sector salud con otros sectores de la administración pública, como los servicios socio-legales, que forman parte de la respuesta publica frente a la violencia de género para garantizar atención integral.

En ese marco,  el MINSA de acuerdo a los compromisos suscritos en el marco del Programa Presupuestal orientado por resultados de reducción de la violencia contra la mujer, aprobó la Resolución Ministerial N°670-2021-MINSA (Publicada el 26 de mayo de 2021) mediante la cual se actualiza la “Guía Técnica para el cuidado de la salud mental de mujeres en situación de violencia ocasionada por la pareja o expareja”.

Esta normativa, establece los procedimientos y criterios técnicos que deben realizar- de manera obligatoria- el personal de salud a nivel nacional para la detección, evaluación, diagnóstico, tratamiento y recuperación de la salud mental de las mujeres que sufren violencia. Algunos aspectos centrales de la Guía son los siguientes:

  • Establece la necesaria coordinación entre el personal de salud mental con el de salud sexual y reproductiva; así como con el personal del Programa Aurora y Centros de Emergencia Mujer del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables; así como con el Ministerio Publico, Poder Judicial y Comisarías.
  • Promueve la atención centrada en las necesidades emocionales y físicas, como de seguridad y confidencialidad de la sobreviviente de violencia.
  • Propone la aplicación de pautas específicas frente a situaciones de violencia de alto riesgo y emergencia como los casos de violencia sexual, tentativa de feminicidio, entre otros, que recuperen salud física y mental de las mujeres que sufren violencia.
  •  Reconoce la relevancia de la implementación de los enfoques de cuidado integral, derechos, género, interseccionalidad, interculturalidad, curso de vida, como estrategias centrales para la gestión de calidad de los casos de violencia contra mujeres.
  • Pone énfasis en la importancia del enfoque de afronte psicosocial para establecer estrategias de gestión del caso, tomando en cuenta las señales de alerta y evitando el aislamiento o la exposición a la violencia de la víctima

La aprobación de esta Guía Técnica contó con la Asistencia Técnica de UNFPA Perú y se suma al paquete normativo para la prevención y atención de la violencia de género en los establecimientos de salud, que ambas instituciones han trabajado de manera articulada:

  • “Guía Técnica para el cuidado de la salud mental de la población afectada, familias y comunidad en el contexto del COVID19”. https://bit.ly/3q5ui65

- Versión amigable:

https://bit.ly/3xsan3M

  • Norma Técnica de Salud para el Cuidado Integral a Mujeres e. Integrantes del Grupo Familiar Afectados por Violencia Sexual”. https://bit.ly/3wBIuGx

- Versión amigable:

https://bit.ly/3xzVGMh

  • “Directiva Sanitaria Nº 114MINSA-2020-DIGIESP, Directiva Sanitaria para la estandarización de los parámetros técnicos para la evaluación de la afectación psicológica en casos de violencia contra las mujeres e integrantes del grupo familiar”. https://bit.ly/3xuo5TP