La Ley N° 31945, que prohíbe el matrimonio infantil en menores de 18 años, representa un avance significativo en la protección de los derechos de las niñas en el Perú. Sin embargo, el reto radica en asegurar su implementación efectiva.

En el Perú, el matrimonio infantil continúa siendo una realidad que impacta profundamente la vida y el futuro de miles de niñas y adolescentes. En el Perú, cada año, más de 56,000 niñas comienzan a convivir y casarse con hombres mayores. Los datos revelan que el 28% de estos matrimonios ocurren en zonas rurales. 

Estas uniones tempranas suelen estar acompañadas de altos riesgos de violencia, embarazo adolescente y abandono escolar. Actualmente, el 12% de las mujeres de entre 20 y 24 años se unieron por primera vez antes de cumplir los 18, perpetuando así ciclos de pobreza y vulnerabilidad en sus comunidades.

Las niñas unidas a temprana edad son particularmente vulnerables a sufrir consecuencias graves en su salud física y emocional, con un mayor riesgo de embarazos adolescentes, abandono escolar y perpetuación del ciclo de pobreza. Las complicaciones derivadas del embarazo y el parto son la principal causa de muerte en niñas de 15 a 19 años, lo que evidencia los graves riesgos a los que están expuestas.

La pobreza, las normas sociales, la desigualdad de género, la deserción escolar y la violencia son factores que fomentan los matrimonios infantiles. Las regiones de Loreto (50%), Piura (32%), Cusco (28%) y Lima (20%) registran las tasas más altas de matrimonios infantiles, lo cual evidencia la necesidad urgente de trabajar en estrategias regionales y comunitarias que protejan a las niñas.

Hacia un futuro mejor

La reciente Ley N° 31945, que prohíbe el matrimonio infantil en menores de 18 años, representa un avance significativo en la protección de los derechos de las niñas en el Perú. La ley ahora protege a las jóvenes de embarazos no intencionales y violaciones. Sin embargo, el reto ahora radica en asegurar su implementación efectiva en todas las regiones del país. Fortalecer las iniciativas y empoderar a las niñas a través de la educación y la promoción de sus derechos son pasos fundamentales para brindarles un futuro libre de violencia, lleno de oportunidades, para que nadie se quede atrás.