Declaración de la Directora Ejecutiva del UNFPA, Dra. Natalia Kanem, con motivo del Día Mundial de la Población
11 de julio de 2020
La paz en nuestro mundo comienza con la paz en el hogar, tal como lo afirmó el Secretario General de las Naciones Unidas en su llamado a un 'cese de hostilidades' mundial a la violencia de género, una pandemia dentro de la pandemia de la COVID. Una de cada tres mujeres experimenta violencia física o sexual en algún momento de su vida. Ahora, con los países en confinamiento y los hogares sometidos a tensiones crecientes, la violencia de género se encuentra al alza, y los sistemas de salud, que se encuentran luchando para hacer frente a la COVID-19, están relegando los servicios de salud sexual y reproductiva a un segundo plano.
La crisis de la COVID ha tenido un impacto abrumador en las personas, las comunidades y las economías en el mundo entero. No obstante, sus repercusiones no son las mismas para todas las personas y, como sucede con frecuencia, las mujeres y las niñas son las que tienden a sufrir más.
El impacto de la COVID-19 muy probablemente dificultará los esfuerzos a escala mundial para alcanzar los tres ceros que están en el corazón de nuestro trabajo en el UNFPA –cero necesidades insatisfechas de anticoncepción, cero muertes maternas evitables, y cero violencia de género y prácticas nocivas contra las mujeres y las niñas– para el 2030. El UNFPA ha proyectado, por ejemplo, que antes de concluir esta década la pandemia reducirá en por lo menos un tercio el avance alcanzado para poner fin a la violencia de género a nivel mundial. Por otra parte, si las restricciones a la movilidad se prolongan por lo menos durante 6 meses más y existen afectaciones importantes a los servicios de salud, 47 millones de mujeres en países de ingresos medios y bajos podrían no tener acceso a anticonceptivos modernos, lo cual se traduciría en 7 millones de embarazos no planeados.
En este Día Mundial de Población, queremos llamar la atención sobre las vulnerabilidades y necesidades de las mujeres y las niñas frente a la crisis del COVID-19, y sobre las razones por las cuales es imprescindible proteger la salud y los derechos sexuales y reproductivos y poner fin a la pandemia paralela de la violencia basada en género, especialmente en estos tiempos tan difíciles.
El UNFPA está trabajando para asegurarse de que el suministro de anticonceptivos modernos y de insumos de salud reproductiva se mantenga y que las parteras y otro personal sanitario cuenten con el equipo de protección personal que necesitan para mantenerse seguros.
Nos alienta el hecho de que, hasta el momento, 146 Estados Miembros ya se han sumado al llamado del Secretario General a hacer de la paz en el hogar una realidad, y estamos trabajando con nuestros socios para apoyarlos. Como parte de nuestra respuesta a la COVID-19, estamos innovando para ofrecer servicios remotos tales como líneas telefónicas de ayuda, telemedicina y sesiones de consejería, además de recabar y usar datos desglosados para ayudar a los gobiernos a identificar a las personas más necesitadas y llegar a ellas.
Transmitir mensajes públicos positivos relacionados con la igualdad de género y desafiar los estereotipos de género y las normas sociales nocivas pueden reducir el riesgo de violencia. En esto, los hombres y los niños pueden y deben ser aliados clave.
La atención de la salud sexual y reproductiva es un derecho y, tal como sucede con los embarazos y los partos, los derechos humanos no se detienen durante las pandemias. Todos juntos debemos frenar la COVID-19 y proteger la salud y los derechos de las mujeres y las niñas, ¡y debemos hacerlo ya!
Ninguna organización o país lo puede hacer de manera aislada. La pandemia es un crudo recordatorio de la importancia de la cooperación mundial. La Organización de las Naciones Unidas, que este año celebra su 75.º aniversario, se fundó con el fin de promover la cooperación internacional para resolver problemas internacionales. A medida que la comunidad global se une en solidaridad para sobrevivir a esta pandemia, estamos sentando las bases para contar con sociedades más resilientes, con igualdad de género, y con un futuro más saludable y próspero para todas las personas.