Cuando Gianna Camacho contaba que quería estudiar en la universidad, su entorno no creía que pudiera lograrlo. La realidad era desalentadora y continúa siéndolo. Uno de ellos es la falta de acceso al trabajo, algo que se incrementó en este último año durante la crisis sanitaria por la COVID-19.
“A nosotras, cuando nos ven nomás, ya nos descartan”, afirma esta comunicadora y activista transgénero sobre los problemas que afronta la comunidad LGTBIQ+ en nuestro país.
“Durante la pandemia, se puso de moda el reinventarse. Para sobrevivir, una amiga se puso a vender cebiche, un plato que era muy buena preparando. Pero no vendió ni uno solo. La gente le comentaba que no iban a comprar algo preparado por las manos de una mujer trans”, recuerda. Esta es la realidad de muchas personas transgénero. Y no solo ellas. En el Perú, la discriminación afecta a diversos grupos minoritarios.
La comunidad LGTBIQ+ es uno de los que sufre mayor discriminación (71%); las personas que viven con VIH también la sufren (70%), y las personas indígenas son otro grupo minoritario que ha sido discriminado mayoritariamente (64%).
En muchos casos, se trata de acciones normalizadas que niegan el pleno cumplimiento de los Derechos Humanos en general y del derecho a la salud sexual y reproductiva en particular.
“Su vulnerabilidad se incrementó, poniendo a muchos grupos que ya estaban en situación de especial protección en riesgo de no poder sobrevivir debido a la pandemia, ya sea por falta de acceso a alimentos, servicios de salud, medicamentos, empleo, entre otras carencias”, refuerza Carmen Murguía, especialista en Adolescencia y Juventud del UNFPA.
En ese contexto, era necesario visibilizar esta problemática con una acción rápida y conjunta en favor de los Derechos Humanos de todos y todas. Por ello, en diciembre del 2020 se lanzó una campaña para combatir esta realidad, tomando como punto de partida un proceso de investigación iniciado en el 2018. El objetivo: generar conversación y fomentar la reflexión sobre la discriminación que se expresa en acciones cotidianas de violencia invisible hacia los grupos más vulnerables.
Visibilizar la discriminación
“Muchas no tienen opciones: es trabajar en la calle o robar”, denuncia Gianna. Y es que el 40% de los peruanos no contrataría a una persona trans.
Durante la pandemia, esto llevó a la comunidad LGTBIQ+ a un problema mayor. “Ante esta situación de emergencia de no tener qué comer, de no tener un techo, muchas han tenido que regresar a sus hogares, de donde fueron expulsadas por sus familias. Tuvieron que volver a esos ambientes violentos para sobrevivir”, cuenta la activista.
Para visibilizar este y otros tipos de discriminación normalizada, se definieron cuatro fases, que incluyeron un diagnóstico de la situación, la campaña en redes sociales, la reflexión sobre un #PerúLibreDeDiscriminación, y la campaña comunitaria en cinco regiones, incluyendo dos lenguas originarias (2021).
“El objetivo era que la discriminación se visibilice en la agenda pública y política”, explica Murguía. Para ello, el UNFPA en Perú, a través de la cooperación técnica y una mirada interseccional, trabajó en conjunto con ONUSIDA, la Oficina del Coordinador Residente de las Naciones Unidas y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Esto, para que las autoridades nacionales y regionales reconozcan el problema de la discriminación y sus vinculaciones con la desigualdad de género, el origen étnico-racial y la orientación sexual, entre otras situaciones, y para que las y los ciudadanos reduzcan las actitudes y conductas discriminatorias.
Promoviendo un cambio de actitud
Con los lineamientos de UNFPA, la agencia de comunicación social El Directorio realizó un profundo trabajo de investigación sobre algunos grupos en situación de especial protección, como las personas trans y de la comunidad LGBITQ+ en general, personas con VIH y migrantes que a su vez son afrodescendientes o indígenas. Numerosas entrevistas dieron paso a estos cuatro spots animados.
Verlos invita a reconocer cómo los propios prejuicios provocan actos de discriminación y violencia invisible. Se trata de “animar cambios de actitudes que propicien mejoras en la situación de las personas más vulnerables, especialmente ahora en el contexto de la pandemia”, señala el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Eduardo Vega.
Finalmente, la campaña contó con la participación de diferentes expertos, influyentes y líderes de opinión en torno al tema, quienes amplificaron los mensajes. Con ellos, además, se llevó a cabo este nutrido conversatorio: "Discriminación: ¿una barrera para garantizar los derechos humanos en Perú?".
Este trabajo articulado, entre la cooperación internacional y el Estado peruano, ha permitido visibilizar la problemática de la discriminación y contribuir a hacer valer los derechos fundamentales de grupos de la población en situación de especial protección antes de la pandemia y en tiempos de pandemia.