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En el día de la partería, compartimos una breve historia de un obstetra ayacuchano, Víctor Cazorla, como un tributo a todas las parteras y todos los parteros que trabajan en las zonas rurales del mundo.

Ayacucho, Perú.- A una hora en auto de la capital de la provincia de Huamanga y a más de tres mil metros sobre el nivel del mar se ubica el distrito de Vinchos. De la provincia, Vinchos es el distrito con más territorio y, a la vez, es el distrito más rural. Con trece mil seiscientos treinta y cuatro habitantes no es casualidad que sea una localidad más a los pies de los Andes que viva con urgencias sanitarias, hoy mayores por el contexto de la pandemia del COVID-19.

Víctor Cazorla va a cumplir veinte años trabajando como obstetra en la región Ayacucho este año. No es usual encontrar a un hombre ejerciendo en esta profesión, pero eso nunca fue un impedimento para él. Las barreras burocráticas sí lo fueron en su momento. Por eso eligió el campo. Muchos de sus caminos los ha hecho a pie o en moto, tratando de llegar a las viviendas de gestantes que no acceden a un centro de salud sea por las distancias y lo abrupto del territorio o por temas culturales, donde la cosmovisión andina predomina a las razones que la ciencia podría fundamentar.

Los y las obstetras, que son un puente entre las comunidades y los establecimientos de salud tradicionales, brindan servicios vitales de salud materna que son clave para reducir las muertes maternas y hacer que el parto sea más seguro en áreas remotas, marginadas y también durante crisis humanitarias. No sólo salvan vidas, también empoderan a las mujeres y parejas para que tomen decisiones informadas y saludables.

Con la práctica, Víctor y sus colegas se dieron cuenta que la manera de acercar a las gestantes, y a los pacientes en sí, al centro de salud de Vinchos no era convenciéndolos de que sus métodos (científicos) eran mejores que las creencias culturales. El UNFPA, desde 2009, viene interviniendo en esta localidad, tratando de aportar a la estrategia de interculturalidad para darle un marco a este esfuerzo de los profesionales de la salud por acercar los servicios de primera atención a las poblaciones más vulnerables. “La sensibilización y capacitación a todo el personal de salud en temas de interculturalidad  y, sobre todo, el respeto a la cultura de los demás, ha sido muy importante”, resalta Cazorla cuando se le pregunta sobre las causas para haber revertido los índices negativos de mortalidad materna en el distrito.


Víctor Cazorla atentiendo a gestantes durante el brote del COVID-19 en el áreal rural del distrito de Vinchos, provincia de Huamanga, Ayacucho.

“La currícula universitaria no te enseña la interculturalidad, que vas a atender a pacientes en casas, no te enseña del trabajo del primer nivel de atención en sí. Cada uno, nosotros, nos hemos tenido que formar en el campo”, comenta Víctor, quien no ha dejado de trabajar en estos meses de pandemia y no ha cortado las visitas a los domicilios de las gestantes que monitorea en el distrito a pesar de las limitaciones del sistema de salud y los riesgos que implica trabajar e interactuar con escaso Equipo de Protección Personal (personal). Muchos de los casos que tiene Víctor bajo su cargo son embarazos de riesgo, y sin un seguimiento exhaustivo y las visitas correspondientes, las vidas de la futura madre y la del bebé estarían amenazadas.

Hoy, cinco de mayo, conmemoramos el día de las y los parteros del mundo y el incansable trabajo que realizan al ayudar a garantizar los derechos y opciones reproductivas y salvaguardar la salud y el bienestar de las mujeres y los bebés en todo el mundo. A través de la historia de Víctor Cazorla, un obstetra peruano entregado a su profesión, reflejamos la historia de cientos de miles de proveedores de salud que globalmente están dedicados día a día a uno de los derechos humanos más básicos que es asegurar que una mujer pueda tener un embarazo saludable, un parto seguro y los cuidados esenciales para su recién nacido.

Las y los obstetras en el Perú son parte del grupo de profesionales que se encuentra en la primera línea de atención en medio de la emergencia sanitaria que trabaja en todas las regiones del país y en todos los ámbitos. A nivel nacional, son un total de 38,779 obstetras, de las cuales 36,048 son mujeres (93%) y 2,731 son varones (7%).

 

 

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