En el Perú, cinco de cada diez mujeres entre 15 y 49 años han sido víctimas de violencia por parte de su pareja en algún momento de su vida, según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) 2020¹. No obstante, menos del 30% de mujeres que sufren violencia acuden a una institución a solicitar ayuda. Las razones mencionadas con mayor frecuencia fueron que “no era necesario” (46,4%), que “sentían vergüenza” (16 %) y que “no sabían dónde ir o no conocen servicios” (11,7 %).
En ese sentido, se requiere fortalecer las acciones orientadas a lograr que los servicios públicos, incluidos los servicios de salud, sean percibidos como espacios seguros para las mujeres, adolescentes y niñas que sufren violencia.
Lugares donde se accede a bienestar, justicia, protección y se restituyen sus derechos a una vida libre de violencia, a la salud sexual y reproductiva, a la salud mental y al acceso a la justicia.
En relación a servicios esenciales de salud, el Observatorio Nacional contra la violencia hacia las mujeres y los integrantes del grupo familiar, registra que los Centros de Salud Mental Comunitarias (CSMC) del MINSA, durante enero a septiembre 2020, atendieron a 34,098 mujeres por casos de violencia. Las regiones donde se registraron mayor número de casos atendidos por violencia en los CSMC fueron Piura con 10 741 casos, Lima con 4,938 y Arequipa con 5,951 casos.
Asimismo, en el periodo de enero a octubre del 2020, el MINSA entregó 910 kits de emergencia para casos de violencia sexual. La región que entregó mayor número de kits de emergencia fue Arequipa (233), seguida de Lima Metropolitana (154), y Lambayeque (48). Por grupos de edad, el MINSA informa que el grupo de edad que registra mayor número de atención con los kits de emergencia es el de 10 a 15 años de edad (33.2%), seguido del grupo de 18 a 25 años (22.9%), y del de 15 a18 años (22.1%).
Frente a este escenario, el UNFPA y el MINSA articulan esfuerzos para asegurar una respuesta sanitaria de calidad frente a la violencia de género. Desde el inicio de la pandemia, el trabajo articulado de ambas instituciones, ha permitido la aprobación de un conjunto de protocolos para la gestión de casos de violencia en contexto de emergencia, el fortalecimiento de las capacidades del personal para asegurar atención de calidad para las víctimas y la promoción de la articulación del sector salud con otros sectores de la administración pública, como los servicios socio-legales, que forman parte de la respuesta pública frente a la violencia de género para garantizar atención integral.
En ese sentido, la aprobación de la guía de salud mental y COVID-19, la guía de manejo clínico de violación sexual y la guía de parámetros psicológicos; así como la capacitación de 11,000 prestadores de servicios de salud en el manejo de salud mental y salud sexual y reproductiva de sobrevivientes de violencia, son algunos de los resultados del trabajo coordinado entre el UNFPA y el MINSA con el propósito de asegurar atención de calidad para los casos de violencia que llegan a los servicios de salud, centrada en los derechos y necesidades de las víctimas.
Ninguna mujer puede quedar atrás, si queremos lograr el desarrollo sostenible y equitativo de los Estados. Para ello, resulta esencial asegurar que la respuesta frente al COVID-19 incluya una respuesta efectiva para la prevención y atención de la violencia de género desde los servicios de salud. Cero víctimas de violencia al 2030.