Desigualdades en la salud materna en el Perú: una realidad urgente

Una alarmante cifra global en el Día de la Madre

Este mes, mientras se celebra el Día de la Madre en numerosos países, recordemos una realidad alarmante: cada año, aproximadamente 260,000 mujeres fallecen debido a complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto. Esto significa que, aproximadamente, 712 mujeres mueren cada día en todo el mundo por complicaciones como hemorragia grave, sepsis, eclampsia, partos obstruidos y las complicaciones del aborto inseguro, entre las causas principales.

La clave: acceso a servicios esenciales y voluntad política

Es posible salvar estas vidas garantizando que las mujeres tengan acceso a atención prenatal, asistencia calificada durante el parto, atención obstétrica de emergencia y servicios postnatales, incluso en entornos humanitarios de alto riesgo. "Debemos mejorar urgentemente mediante la inversión en planificación familiar y abordando la escasez global de personal obstétrico, para que todas las mujeres reciban la atención esencial que necesitan. Contamos con las herramientas, el conocimiento y los recursos para acabar con las muertes maternas evitables. Lo que se requiere ahora es voluntad política," afirma Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA.

Discriminación y desigualdades que afectan la salud materna

En muchos casos, la discriminación y las desigualdades relacionadas con la ubicación, los ingresos y la raza o etnia privan a las mujeres de su libertad sexual y reproductiva, así como de una atención materna adecuada. Incluso en los países más ricos, que, en promedio, gozan de altos estándares de atención sanitaria, las tasas de mortalidad materna son desproporcionadamente más elevadas entre los grupos marginados.

El UNFPA respalda la formación y el despliegue de obstetras parteras y otros profesionales de la salud, proporcionando a los sistemas de salud los medicamentos y suministros necesarios para realizar partos seguros, incluso en áreas afectadas por desastres. Ninguna mujer debería perder la vida al dar vida.

Reducir la mortalidad materna en el Perú: una deuda pendiente

En el 2023, cada semana se registraron cinco muertes maternas en el país. Las zonas nor-oriental, sur-andina y rurales concentran las tasas más altas, reflejando graves inequidades en el acceso a servicios de salud y niveles persistentes de pobreza, que limitan la capacidad de las mujeres —especialmente adolescentes y jóvenes— para tomar decisiones informadas sobre su salud sexual y reproductiva.

Profundas desigualdades territoriales y poblacionales inciden en que casi un tercio de las mujeres no acceda al mínimo recomendado de cuatro controles prenatales ni reciba atención posnatal adecuada. Desde hace más de una década, las hemorragias obstétricas continúan siendo responsables de una de cada cuatro muertes maternas.

Un avance que aún deja a muchas atrás

En la última década, el número de muertes maternas disminuyó de 409 en 2014 a 244 en 2024. Si bien este descenso representa un avance, aún persisten brechas preocupantes. En 2024, el 14,3% de las muertes maternas correspondieron a niñas y adolescentes menores de 19 años, un aumento en comparación con el 10,9% registrado en 2019.

Embarazo adolescente y fecundidad no deseada: desafíos persistentes

Persisten diferencias significativas entre la fecundidad deseada y la real, sobre todo en zonas rurales. A pesar de una tendencia nacional hacia la disminución en el número de hijos, las disparidades regionales siguen siendo marcadas.

Las adolescentes enfrentan barreras adicionales: al menos el 6% de las jóvenes entre 12 y 17 años han estado embarazadas en regiones como Amazonas, Loreto y Ucayali. Estas cifras revelan una realidad que requiere respuestas urgentes e integrales.

Acciones urgentes, soluciones sostenibles para una maternidad segura

Para eliminar las muertes maternas evitables, el Perú debe fortalecer la implementación de planes y estrategias basadas en evidencia territorial e interseccional, que integren el enfoque de género y la pertinencia intercultural. Esto implica:

• Una articulación efectiva entre sectores y niveles de gobierno.
• El involucramiento activo de los gobiernos locales.
• El despliegue de brigadas comunitarias que acerquen servicios esenciales a las poblaciones más excluidas.

Solo así será posible garantizar que cada embarazo sea deseado, cada parto seguro, y cada adolescente y mujer tenga acceso a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad, sin dejar a nadie atrás.

Este Día de la Madre, honremos a todas las madres garantizando una maternidad segura, un derecho fundamental para todas.