Más de la quinta parte de la población peruana tiene entre 10 y 19 años, alrededor de 6 millones de personas cuyo potencial puede transformar el presente y el futuro del país. Asegurar su acceso a salud física, mental, sexual y reproductiva es determinante para que puedan transitar a una vida adulta plena y permitirá al país capitalizar su potencial a favor del logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Estos fueron los mensajes centrales del foro “Avances, evidencias y desafíos para la atención en salud de adolescentes”, organizado por el Ministerio de Salud (Minsa) con la asistencia técnica de las oficinas regionales y de país del UNFPA y OPS/OMS. El evento convocó a funcionarios del sector salud, a proveedores de salud, a representantes de la sociedad civil, de la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza, la Defensoría del Pueblo y la cooperación internacional, así como expertos e investigadores en salud de adolescentes con el objetivo de intercambiar información, evidencias, experiencias y buenas prácticas para fortalecer la atención en salud a este grupo de población.
Una inversión inteligente y una cuestión de derechos
Por cada dólar invertido en mejorar la salud física, mental y sexual de adolescentes se estima que el retorno en beneficio de la sociedad es más de diez veces mayor, según un estudio de la revista The Lancet (2017). Así lo recordó María Eugenia Mujica, representante auxiliar del UNFPA Perú, quien remarcó además que se trata no sólo de una inversión necesaria, sino de una cuestión de derechos humanos.
“Todas las personas tienen derecho a una transición exitosa y segura de la adolescencia a la adultez. Ello solo puede lograrse si las familias, las sociedades, los Gobiernos hacen inversiones enfocadas y proveen oportunidades que puedan desarrollar progresivamente el conocimiento, habilidades y resiliencia necesarios para llevar una vida sana, productiva y plena de los y las adolescentes”, afirmó.
La salud de los y las adolescentes es una prioridad en la agenda global de desarrollo como se aprecia en compromisos internacionales asumidos por el país como la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, entre otros.
“Tenemos amplias evidencias sobre la importancia de invertir en esta población para alcanzar el desarrollo sostenible”, afirmó Rubén Mayorga, representante (ai) de la OPS/OMS en Perú. “Nunca antes en la historia del Perú hubo tantos adolescentes. Lo que hagamos ahora con y para ellos va a hacer una gran diferencia para el país”, remarcó a su vez Daniel Contreras, oficial a cargo de la Representación de Unicef en Perú.
Servicios integrales que atiendan la salud sexual y reproductiva
El Perú ha logrado avances importantes con el propósito de asegurar el desarrollo físico, mental, emocional, intelectual y social del adolescente. Un ejemplo es el fortalecimiento de políticas integrales para ampliar y mejorar los servicios de salud de calidad dirigidos a esta población.
“Se está avanzando en la implementación del enfoque de cuidado integral por curso de vida. Por ejemplo, en asegurar paquetes de atención en primera infancia e igualmente, vamos a empezar a hacer el paquete dirigido a adolescentes”, afirmó Neptalí Santillán, viceministro de Salud Pública.
“Lo que queremos es generar un modelo con circuitos integrados que tenga al centro a la persona. No solo es responsabilidad de salud, sino de todos los sectores. Hemos ya terminado el desarrollo conceptual y estamos terminando el desarrollo normativo y los procesos”, anunció Gustavo Rosell, director general de Intervenciones Estratégicas en Salud del Minsa.
Pese a estos progresos, los altos porcentajes de embarazo en adolescentes, de uniones y matrimonios en la adolescencia, que muchas veces se dan en contextos de desprotección y violencia, dan cuenta de la necesidad de fortalecer la atención de la salud sexual y reproductiva. Asimismo, persiste el desafío de resolver las desigualdades que afectan a las poblaciones en mayor situación de vulnerabilidad: el lugar de residencia, la situación socioeconómica, el sexo, la raza, la etnicidad, la orientación sexual, entre otros, continúan siendo factores de exclusión.
“En América Latina y El Caribe ha aumentado el embarazo en menores de 15 años. 23% de las mujeres de 20 a 24 años ya había estado casada o en unión a los 18 años. La región no ha disminuido las uniones tempranas y el matrimonio infantil en los últimos años, como sí ha sucedido en otras”, explicó Virginia Camacho, asesora regional en Salud Sexual y Reproductiva del UNFPA.
“Cuando hablamos de las características de los servicios de salud para adolescentes, aún persiste fragmentación manifiesta en una falta de coordinación y referencia, una gran variación en la calidad, poca adecuación a sus necesidades que se expresa en asuntos como la falta de privacidad, e imposición de los valores de los proveedores de salud”, mencionó Sonja Caffe, asesora regional en Salud de Adolescentes para la OPS/OMS.
Para contribuir a mejorar el acceso, aceptabilidad y uso de los servicios de salud dirigidos a adolescentes se presentaron los estándares globales de calidad de los servicios de salud para adolescentes (ECSSA) desarrollados por la OMS y ONUSIDA, y su adaptación para América Latina y el Caribe, realizados con apoyo técnico de UNFPA. Se compartió además la experiencia del ministerio de salud de Chile en la evaluación de los servicios de salud para adolescentes con base en los estándares globales y regionales, así como la propuesta de mejora de los servicios de salud para adolescentes en el marco de los proyectos que vienen implementando UNICEF y Plan Internacional, con apoyo de la cooperación canadiense, enfocados en reducir el embarazo en adolescentes.