Intensa y productiva visita realizó Hugo González, Representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas-UNFPA en el Perú, en compañía de los representantes de la cooperación internacional de los Estados Unidos (USAID) a la provincia de Condorcanqui, Amazonas, en el marco del proyecto de prevención de la violencia basada en género (VBG) implementado en Santa María de Nieva y comunidades de la localidad.
El recorrido comenzó reuniendo a la Instancia Provincial de Concertación para la Erradicación de la Violencia contra la Mujer y los integrantes del grupo familiar, conformada por el Centro de Emergencia Mujer (CEM) y representantes de salud mental y comunitaria, del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS), del Programa Juntos, Municipio, de la UGEL (instituciones educativas), la Fiscalía y la Alcaldía. El problema fundamental es la existencia de un alto índice de violación y acoso sexual en los colegios y aunque se trabaja con psicólogas y asistentas sociales, hasta el momento se han identificado 500 casos de VBG donde muchas veces el agresor “arregla” un acuerdo económico con el padre de la víctima. Por ello, el proyecto “Ruta Amazónica por el buen vivir con derechos” ha trabajado con brigadistas para la articulación, gestión de casos y sensibilización de las autoridades estatales y tradicionales como el Apu o Pamuk de la comunidad.
Resultado de esta articulación fue la aprobación del “Plan de Acción para la Prevención y la Atención de la VBG en Condorcanqui gracias a la intervención del programa de mujeres indígenas de la Amazonia cuyo objetivo es facilitar el acceso a servicios de salud esenciales y que salvan vidas culturalmente pertinentes con énfasis en la salud sexual y reproductiva desarrollado por el UNFPA y la validación de los Procedimientos Operativos Estándar (SOP, por sus siglas en inglés) para la prevención de la VBG, resultados que han sido posibles gracias a la incidencia de Flora Tristán en el sistema de prevención y atención de la violencia de género.
Otro encuentro importante que realizó Hugo González fue con el líder wampis de la comunidad nativa de Puerto Galilea, el Pamuk (autoridad) Sixto Tuchia y con Roberto Rosales director de la institución educativa de Galilea, quienes en su idioma originario resaltaron la labor que el UNFPA realiza en la comunidad, con la entrega de kits de dignidad y capacitación para una vida sin violencia.
Las actividades para dar a conocer la labor de las brigadistas y el trabajo de sensibilización se realiza con docentes teniendo en cuenta que el 70% de los casos que han sido remitidos a la Fiscalía corresponden a estudiantes del colegio. A través de las brigadistas se identificaron las necesidades, se sensibilizó y gestionó los casos de VBG y las rutas para obtener justicia. La metodología utilizada se basó en elaboración colectiva con imágenes de collages de revistas (fanzines), murales y teatro con contenidos de reflexión sobre los roles de género, el embarazo, la violencia,equidad de género, el autocuidado. Ante la presencia del Representante del UNFPA y miembros del equipo que lo acompañaba procedentes de Lima, una de las estudiantes comentó sus impresiones: “me pareció muy bonito me sentí feliz al participar… nosotras tenemos inteligencia pero por ser mujeres nos han puesto en lo más bajo” mientras que un estudiante agregó “yo me di cuenta que los hombres también podemos lavar la ropa…yo ayudo a mi mamá e incluso ahora cocino” mientras que otra estudiante concluyó “creo que podemos enseñar lo que hemos aprendido y generar un cambio por lo menos en los más pequeños.”
El equipo de UNFPA también visitó la residencia estudiantil del colegio de Nieva para identificar la situación de las niñas y adolescentes y plantear posibles soluciones. Las deficiencias son visibles por la precariedad de las instalaciones en donde habitan y duermen las adolescentes: piso de tierra afirmada, techos de calaminas que agudizan el intenso calor de la selva amazónica, camarotes cuyas maderas hacen evidente el paso de los años. La labor de las brigadistas tuvo como objetivo trasmitir la importancia de empoderar a las niñas y las adolescentes para salir del círculo de la violencia, a través del trabajo colectivo con revistas o fanzines, teatro y murales, hablando sobre machismo en términos de” nuevas masculinidades”, es decir posibilitar al hombre para que se libere de los obstáculos mentales que le impiden ser ellos mismos sin estereotipos y generar modelos de conducta donde los chicos no se puedan sentir menos por lavar platos o cocinar. Además, tener la posibilidad de identificar y enfrentar la violencia a través de los talleres de informacion y sensibilización brindados.
No podía quedar por fuera en esta visita a Santa Maria de Nieva la entrega y distribución de 1500 kits de dignidad a las comunidades nativas, a los colegios de Condorcanqui y a 30 artesanas de la comunidad de Tierra Roja. Luego de una de una charla en lengua awajún sobre sus derechos y como prevenir la violencia recibieron los kits de dignidad mujeres todas las edades. El agradecimiento que expresan los ojos de estas mujeres no solo es por el contenido del bolso que incluye jabón, shampoo, ropa interior, desodorante, entre otros artículos de higiene personal, sino por su valor agregado de un simbólico reconocimiento a la integridad y la dignidad que demuestran como mujeres “Nuwa Senchi” mujeres fuertes y resistentes que aprecian la necesidad de vivir sin violencia.
Quizá la visita que dejó más motivos de reflexión fue a las representantes de la UGEL, Norma Zegarra directora y Linda Cieza coordinadora de convivencia. “Hay que reconocer que existen casos de violación sexual de adolescentes en las residencias” afirmaron. En Condorcanqui hay 12 colegios con residencias para los y las estudiantes locales; las limitaciones son diversas en términos de infraestructura tanto en las habitaciones compartidas como en los baños y el riesgo de embarazo precoz está latente y la situación se agrava sabiendo que generalmente los agresores son docentes. Para ellas es urgente continuar con capacitaciones a las 25 IIEE sobre temas de prevención de violencia sexual de niños, niñas, adolescentes y mujeres, suicidio (debido al alto índice de estos eventos en la provincia) y no discriminación. Sin embargo, si ocurre un caso de violación sexual o VBG, el docente es separado del colegio, el caso pasa a la Fiscalía y luego se interviene en la recuperación socioemocional de la niña o adolescente. Lamentablemente a lo anterior se agrega el hecho que los agresores pueden ser los propios familiares dentro del hogar. Ante esta perspectiva, las brigadistas aplican el modelo psicosocial de UNFPA, que incluye alternativas de recuperación, donde la clave es escuchar y acompañar por más tiempo a la NNA agredida. El modelo trabaja con “dinámica del abuso hacia las sobrevivientes con el acompañamiento a la justicia”, previniendo las ideas suicidas, minimización del riesgo, confrontando a las víctimas con situaciones de sus propias vidas que las reconcilien con ellas y su entorno, puedan reinsertarse en la vida social y recuperarse emocionalmente. El reto es la adaptación a las características culturales de los pueblos indígenas. “Hay barreras, pero eso no nos va a frenar, es como la gota que abre la piedra”, afirman.
Por último, el Representante del UNFPA, su equipo y representantes de la cooperación internacional (USAID), tuvieron la oportunidad de visitar a las autoridades y personal de la Dirección Regional de Salud de Amazonas (Condorcanqui), quienes expusieron la situación de salud regional y reconocieron el esfuerzo del UNFPA por contribuir a la disminución de la violencia basada en genero y mejorar las oportunidades de las niñas, las adolescentes y las mujeres, mediante el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos.
El reto pendiente en Condorcanqui
Mantener la sostenibilidad de los espacios seguros implementados por el Proyecto Ruta Amazónica por el buen vivir con derechos mediante el trabajo conjunto entre los centros de atención y la vigilancia comunal.
La cámara Gesell
Un logro para el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) ha sido sin lugar a dudas, la firma de un convenio de cooperación con la Municipalidad de Santa María de Nieva para la donación de una Cámara Gesell que será instalada en locales del Municipio. Así se podrá dar solución a un imperativo en la región para proteger la privacidad y lograr un cauce fluido a la gestión de casos de VBG. Ha sido, además, un asunto pendiente que las autoridades persiguen desde hace muchos años para canalizar las entrevistas de manera oportuna y adecuada con las mujeres sobrevivientes de VBG y que se utiliza como espacio de privacidad para evitar la revictimización de las mujeres y adolescentes. La presencia de Hugo González y de la Gerente del Proyecto Gracia Subiria así como de la cooperación internacional a través de USAID, ha sido clave para concretar un convenio cuyas finales beneficiarias serán las mujeres en situaciones de VBG.
Reunión con artesanas de Urakusa para fortalecer la violencia basada en género
Las mujeres awajún de la comunidad de Urakusa, provincia de Condorcanqui, necesitan defenderse cuando sufren violencia, por ello se agrupan en la asociación de artesanas "Amarno" que desde el año 2007 reúne a más de 50 mujeres que se han dado la mano para crear artesanía nacida de la naturaleza. Cuando se dieron cuenta que tenían todo lo necesario para crear productos en base a la gran variedad de semillas que les brindan las plantas y árboles de la zona, comenzaron su gran aventura de solidaridad y emprendimiento. "Nosotras mismas salimos a recoger semillas, tenemos muchas y con ellas hacemos collares, pulseras, aretes y toda clase de adornos", cuenta Balbina Paukai, una de las fundadoras de Amarno, organización de mujeres artesanas de la región nor-oriental del Marañón. Y ha sido a través de ese tejido de relaciones entre mujeres que se ha fortalecido su empoderamiento frente a la violencia y la adversidad, porque se sienten mujeres fuertes. El UNFPA con el financiamiento de USAID, a través de su proyecto de prevención de la violencia basada en género en la provincia amazónica ha puesto su parte, dándoles las claves para reconocer y prevenir la violencia lo que las ha conducido a relaciones más asertivas porque ahora "las mujeres awajún saben cómo tratar a sus hijos y cómo salir de una dificultad" y en otros casos, le han dado la fortaleza para salir adelante e incluso salir del círculo de la violencia en que algunas vivían. Por eso "Nuwa Senchi" (mujer fuerte) representa su voz y capacidad para renacer.