Usted está aquí

Toda mujer tiene derecho a decidir si desea ser madre. Sin embargo, la realidad para millones de mujeres y niñas en todo el mundo es muy diferente: enfrentan altas tasas de violencia sexual, carecen de acceso a métodos anticonceptivos y están sujetas a leyes y normas restrictivas que limitan su autonomía corporal.

Desde el UNFPA, este mes queremos destacar la importancia y el poder de elegir ser madre, un derecho que aún está fuera del alcance de muchas mujeres. A continuación, exploramos por qué la elección en la maternidad es un derecho humano fundamental, celebramos los avances en el empoderamiento femenino y señalamos las áreas donde se necesita mayor apoyo.

1.    Porque la falta de elección es perjudicial para la igualdad, la salud y el bienestar económico.

No poder elegir cuándo ni cuántos hijos o hijas tener supone graves consecuencias para las mujeres, sus familias y toda la sociedad. A nivel mundial, casi la mitad de los embarazos son no intencionales. Los datos demuestran que los embarazos no intencionales están relacionados con violaciones de los derechos humanos, angustia psicológica, maltrato infantil, retraso y disminución de las tasas de atención prenatal, lactancia materna y vacunación y mayores tasas de mortalidad materna por abortos en condiciones de riesgo.

Privar a las personas de su capacidad reproductiva socava sus aspiraciones a lo largo de la vida afectándolo todo, desde sus futuras oportunidades educativas y profesionales hasta su salud física y mental.

2.    Porque la capacidad de elegir a nivel individual conlleva ganancias a nivel mundial.

Las niñas y mujeres con estudios tienen más probabilidades de acceder a la atención sanitaria y conocer sus derechos. A su vez, los costes de compaginar la crianza con el empleo pueden ser muy altos, sobre todo para las mujeres, ya que el embarazo puede requerir una reducción de la jornada laboral y una posible pérdida de habilidades, lo que puede disuadir a los empleadores de seguir invirtiendo en personal. 

En el Perú, casi un tercio de las mujeres solo reciben la mitad de los ocho controles prenatales recomendados y no reciben la atención posnatal esencial, representando un riesgo en los cuidados del embarazo y postparto. Asimismo, en el 2023, en promedio 8 de cada 10 mujeres gestantes en Perú recibieron su primer control prenatal en el primer trimestre.

3.    Porque proteger el derecho a elegir la maternidad es esencial para garantizar la igualdad de género.

La capacidad de elegir la maternidad está intrínsecamente ligada a la igualdad de género: cuando las personas, especialmente las mujeres, tienen el control sobre su vida reproductiva, pueden participar más plenamente en la sociedad y ejercer su derecho a la autonomía corporal.

Las normas de género desiguales también están obligando a las mujeres a elegir entre tener los hijos que desean o tener el futuro al que aspiran. Los datos muestran que, a menudo, a las mujeres se las expulsa del mercado laboral tras tener hijos, lo que las obliga a la dependencia o a la precariedad económica. No obstante, cuando consiguen mantener un empleo remunerado, cargan con la mayor parte de los cuidados y las responsabilidades domésticas. 

4.    Porque las mujeres son personas con autonomía, no máquinas de dar a luz que influyen en la dinámica de la población.

Tener más hijos de los deseados puede conducir a ciclos de pobreza, limitar el acceso a la escolarización y, especialmente en el caso de niñas y adolescentes, conlleva un alto riesgo de mortalidad. El último informe insignia del UNFPA revela que, en 69 países, una cuarta parte de las mujeres sigue sin poder tomar sus propias decisiones en materia de salud. Una cuarta parte no puede negarse a mantener relaciones sexuales con su marido o pareja. Casi 1 de cada 10 no puede decidir sobre opciones de anticoncepción. 

En el Perú, en los últimos cinco años, un poco más de la mitad (52.5%) de los nacimientos ocurridos no fueron planeados en el momento de su concepción (ENDES 2021). En el caso del embarazo adolescente, tres de cada cuatro adolescentes de 15 a 19 años en el Perú hubieran querido posponer su embarazo. Esta situación afecta el proyecto de vida de las adolescentes, así como su salud: Uno de cada seis embarazos en adolescentes peruanas termina como pérdida, aborto o natimuerto.

5.    Porque afirma el derecho a la autonomía corporal y reproductiva de todos.

El derecho a decidir quedarse embarazada está ligado a muchos otros: el derecho a ser dueña de su cuerpo y de su futuro, el derecho a recibir asistencia sanitaria, el derecho a criar a sus hijos en un entorno seguro y sano. Para muchas mujeres, esa capacidad sigue estando fuera de su alcance.

A medida que conmemoramos la maternidad saludable, segura y voluntaria, es crucial recordar que cada mujer debe tener el poder de decidir sobre su cuerpo y su futuro. Desde el UNFPA, reafirmamos nuestro compromiso de apoyar y empoderar a todas las mujeres para que puedan vivir sus vidas con dignidad y plena libertad de elección. Trabajemos juntos para construir un mundo donde cada mujer pueda ejercer su derecho a una maternidad deseada, segura y respetada, y donde cada niña pueda soñar con un futuro lleno de oportunidades y decisiones propias. Juntos, podemos hacer realidad un futuro en el que la igualdad de género y los derechos reproductivos sean una realidad para todos.