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Un equipo multidisciplinario del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) ha brindado atención en salud sexual y reproductiva y protección frente a la violencia a más de 5 500 mujeres en las primeras semanas del año. Sin embargo, mayor apoyo es necesario.

Cada día, cientos de mujeres venezolanas en edad fértil cruzan la frontera norte hacia el Perú. Tras cientos de kilómetros recorridos, días enteros sin comer ni dormir bien, ingresan al Perú con la ilusión de iniciar una nueva vida, en medio de incertidumbre y enfrentando condiciones adversas como situaciones de acoso, violencia y otras formas de discriminación. El riesgo para la salud y la vida de aquellas que se encuentran embarazadas y para las niñas y adolescentes es aún mayor.  

En respuesta a esta situación, el UNFPA, en asocio con la Dirección Regional de Salud de Tumbes, viene contribuyendo a fortalecer la respuesta pública. Bajo este marco, ha brindado 1 500 atenciones en salud sexual y reproductiva a mujeres venezolanas en el Centro Binacional de Atención en Frontera (CEBAF). Ello incluye atenciones prenatales, orientación, consejería, provisión de métodos anticonceptivos modernos, pruebas rápidas de VIH y sífilis, y referencia y contrarreferencia.

El equipo multidisciplinario del UNFPA ha identificado además 21 casos de mujeres venezolanas víctimas de violencia que fueron derivados a las autoridades competentes. Asimismo, se brindaron más de 400 sesiones informativas sobre las formas de violencia y la ruta de atención de casos con el propósito de contribuir a garantizar seguridad, justicia y protección para las mujeres que pueden estar sufriendo violencia, así como para prevenir la ocurrencia de estos hechos. Complementariamente, ha distribuido más de 6 000 kits de dignidad con implementos para el cuidado de la higiene personal para mujeres, adolescentes y niñas.

Actualmente, el UNFPA brinda asistencia técnica al Estado peruano para adecuar la normatividad de manera que la población venezolana sea incluida en los mecanismos de protección frente a la violencia. A la par, trabaja con el Ministerio de Salud y el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables para fortalecer las capacidades de los prestadores de servicios de salud y protección para la atención articulada de la violencia basada en género y en la elaboración de rutas de atención local. A nivel comunitario, promueve el fortalecimiento de comités comunitarios de protección frente a la violencia contra la mujer y de un sistema de promotores comunitarios en salud sexual y reproductiva.

Salud y protección que salvan vidas

Las crisis humanitarias se caracterizan por imponer condiciones extremas de carencia, inestabilidad y estrés sobre las personas, especialmente en aquellas que se encuentran en mayor situación de vulnerabilidad. En escenarios como estos, preservar sus vidas y proteger sus derechos es prioritario.

Las atenciones en salud sexual y reproductiva previenen infecciones de transmisión sexual, ofrecen la posibilidad de planificar el momento y número de hijos que se desea tener, previenen el embarazo adolescente y fortalecen la salud de las mujeres gestantes y sus bebes.

Prevenir y atender la violencia de género, que se incrementa en estas condiciones, salva vidas y ayuda a ofrecer una oportunidad a las mujeres para recuperar su bienestar y a crear entornos más seguros para todas.

En situaciones humanitarias, el UNFPA apoya los esfuerzos del Estado para asegurar el acceso de las mujeres a los servicios de salud sexual y reproductiva (incluyendo la planificación familiar y atención de la salud materna) y a los servicios de justicia, protección y bienestar para las sobrevivientes de violencia. Busca fortalecer la respuesta pública frente a la violencia basada en género, apoyando la articulación de las instituciones públicas para asegurar una atención integral de las sobrevivientes.