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Lima, Perú - El proyecto “Vamos juntas, sin fronteras ni barreras” del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), financiado por la Oficina de Población Refugiados y Migrantes de los Estados Unidos (PRM), culminó sus actividades de orientación, información y servicios en salud sexual y reproductiva, salud mental y prevención de violencia basada en género en el distrito de San Juan de Lurigancho.

Luego de 7 meses de implementación y actividades a través de ferias informativas, campañas de salud y “barridos” en búsqueda de usuarias migrantes y de las comunidades de acogida, el proyecto cumplió y hasta sobrepasó sus metas. Es destacable el posicionamiento logrado para dar a conocer que las mujeres migrantes y peruanas tienen derecho a acceder a métodos anticonceptivos, atención del embarazo, parto y puerperio, así como la prevención de la violencia basada en género y atención de la salud mental.  Otro aspecto importante es resaltar la alianza clave con el Ministerio de Salud a través de la DIRIS Lima Centro, con la que se articuló de manera muy efectiva para la ejecución de todas las intervenciones en San Juan de Lurigancho. Por otro lado, y como resultado de la articulación de nuestro socio implantador el CMP Flora Tristán se estableció alianzas estratégicas con el sistema de protección, en este caso el Centro de Emergencia Mujer-CEM, para atención y gestión de sobrevivientes de violencia basada en género (VBG). 

Un eje transversal de las acciones de Vamos Juntas fue el componente comunicacional mediante campañas con mensajes sobre gratuidad para la atención, acceso a métodos anticonceptivos, control de embarazo, información para una vida libre de violencia, rutas de atención de la VBG, enfatizando que la situación migratoria de las personas no es un obstáculo para el acceso a información y servicios de salud sexual y reproductiva.

Entre los logros del Proyecto Vamos Juntas están:

  • 5,300 kits de dignidad distribuidos para el auto cuidado e higiene personal de las adolescentes y mujeres en situación de vulnerabilidad.
  • 388 mujeres recibieron información para prevención de VBG.
  • 678 personas con factores de riesgo de violencia fueron acompañadas en aspectos legales, psicológicos y asistencia social.
  • 8 espacios seguros se crearon para atención a las mujeres en riesgo y gestión de casos.
  • 755 sobrevivientes de VBG fueron atendidas a través de tres brigadas de VBG con una psicóloga, una abogada y una trabajadora social en cada brigada.
  • 275 proveedores de servicios del sistema de protección local fueron capacitados para mejorar sus competencias y habilidades en la gestión de casos de VBG.
  • 64 mujeres se formaron cómo brigadistas comunitarias-voluntarias para información y promoción de la SSR. 
  • 6114 personas fueron atendidas en SSR y se realizaron 9308 atenciones.
  • 1276 mujeres recibieron primeros auxilios psicológicos.
  • 582 adolescentes de colegios del distrito recibieron orientación en salud sexual y reproductiva y salud mental.

Es importante señalar que el componente de capacitación fue un pilar exitoso del proyecto ya que se desarrollaron 8 talleres con 254 proveedores de salud y se crearon otras brigadas en SSR, conformadas por una obstetra y una psicóloga cada una, brindando información en derechos sexuales y reproductivos a las mujeres migrantes y peruanas de las comunidades de acogida. 

Los establecimientos de salud del distrito también se fortalecieron a través de donaciones de equipos e insumos para la atención del parto, manejo de emergencias obstétricas, pruebas para detección de sífilis y VIH, entre otros insumos y equipos necesarios. Y en esta línea cabe señalar una alianza con Unión Venezolana en el Perú, con quienes se trabajó de manera conjunta para atender a muchas mujeres que acuden a su local.

Finalmente, lo más valioso es resaltar que a lo largo de siete meses de trabajo intenso y productivo las acciones realizadas dieron frutos y ayudaron a salvar vidas de muchas mujeres que han visto un antes y un después de las intervenciones del proyecto. Para muestra basta un botón y nos lo cuenta Ananías, una migrante venezolana que “no sabía que tenía derechos en el Perú”.  

Ananías (28), dos hijos y situación migratoria irregular por falta de carnet de extranjería, nos comentó que pensaba que por su situación migratoria no tenía derecho a recibir información o atención en salud sexual y reproductiva. Fue gracias a la brigada de Vamos Juntas, que recibió atención psicológica, orientación en temas migratorios y atención en SSR. “No sabía que tenía derechos por ser migrante irregular… pero el día que conocí a las brigadistas el cielo se abrió para mí…no sé cómo agradecerles la orientación y el apoyo”, expresó. Y así como ella, muchas mujeres han encontrado respuestas a sus muchas dudas, siempre con el acompañamiento de Vamos Juntas.