Por Melissa Bustamante, Especialista en Género y Derechos Humanos del UNFPA
LIMA, Perú - Con la aprobación de la Agenda 2030 se presenta una oportunidad histórica y sin precedentes para mejorar la vida de las personas. Sobre todo, de aquellas que se han encontrado relegadas por largo tiempo.
En ese sentido, la agenda global nos plantea un enorme desafío: identificar y abordar los arraigados factores determinantes de la exclusión. La meta global es la construcción de sociedades con justicia social que se fundamentan en la promoción y defensa de los derechos humanos. En este proceso mundial, el respeto de los derechos humanos de las mujeres se encuentra al centro de las intervenciones.
Así las cosas, lograr el empoderamiento de las mujeres resulta fundamental para acelerar el desarrollo sostenible. Y para lograr este propósito, se requiere poner fin a todas las formas de discriminación contra mujeres y niñas y a partir de ello, generar un efecto multiplicador en todas las áreas del desarrollo. Por tanto, la eliminación de la violencia basada en género constituye un presupuesto indispensable para lograr las metas planteadas.
Es por ello que uno de los Objetivos para el desarrollo Sostenible (ODS), el ODS 5, establece entre sus metas eliminar todas las formas de violencia contra mujeres y niñas, como una condición necesaria para acortar las brechas de las desigualdades y la discriminación, a partir de la prevención, atención y sanción de la violencia basada en género.
En el Perú, la problemática de la violencia basada en género es un asunto de derechos humanos, de salud pública y una de las más frecuentes situaciones de discriminación que enfrentan las mujeres. De acuerdo con la ENDES 2015, 7 de cada 10 mujeres (70.8%) ha sido víctima de violencia física, sexual o psicológica por parte de sus parejas, mientras que el 64% de las mujeres alguna vez unidas manifestaron ser víctimas de violencia psicológica por parte del esposo o compañero. El Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público, en el periodo comprendido entre el 2009 y agosto 2015, ha registrado 772 víctimas de feminicidio.
En lo que se refiere a la violencia sexual, el 7% de mujeres ha sido víctima de violencia sexual por parte de sus parejas alguna vez en su vida, mientras que el 3.6% fue agredida sexualmente en los últimos doce meses. Según el Instituto Nacional Penitenciario (INPE), hasta junio de 2016, existen 14,196 varones presos en los penales del país por abusar sexualmente de menores (8650) y adultos (5546).
A este respecto, en los últimos años, el Estado peruano ha mostrado avances importantes. Se aprobó la Ley N° 30364, “Ley Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar” y su reglamento; el Plan Nacional contra la Violencia de Género 2016-2021; la tipificación de la figura del feminicidio como delito autónomo; acuerdos plenarios para el mejor tratamiento y sanción de los delitos de violación sexual; y se crearon registros sectoriales, institucionales y administrativos vinculados al feminicidio, entre otras medidas.
No obstante, la agenda pendiente aún es amplia y demanda la asignación de recursos suficientes, así como la voluntad política para priorizar la atención multidisciplinaria y multisectorial de las víctimas; invertir en servicios que aseguren su protección y seguridad; la realización de acciones de prevención de la violencia; promover cambios en las normas sociales que restringen el ejercicio de los derechos de las niñas y adolescentes; y alentar la construcción de masculinidades más democráticas.
Queda claro que, desde la comunidad internacional, erradicar la violencia basada en género no es solo una acción correcta, sino que además constituye una medida acertada y esencial para poner fin a la pobreza, promover la prosperidad compartida y asegurar el desarrollo con igualdad. Mejorar las condiciones de vida las mujeres es avanzar en el desarrollo sostenible de los estados, a partir de la comprensión de las mujeres como sujetos de derechos cuya participación en condiciones de igualdad es fundamental para el progreso individual y colectivo.
Más información:
Línea del tiempo sobre los hitos para la eliminación de la violencia contra la mujer