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“Hace 40 años nadie quería ser negro en la comunidad. Las cosas han cambiado y eso no es una casualidad”.

Abelardo lleva una vida dedicada al fortalecimiento de la identidad afroperuana de su comunidad. Ha sido activista de diferentes organizaciones y hoy es el presidente de la Casa de la Cultura de Yapatera y representante afroperuano en el Ministerio de Educación.

Como dirigente social, le preocupa la realidad de la comunidad campesina de Yapatera, una localidad al norte del Perú donde la población afrodescendiente no ha gozado de políticas públicas pertinentes.

Una de ellas es el registro de la identificación étnica. En nuestro país, esta carencia de información también invisibiliza la autoidentificación y pertenencia étnica en los registros de muerte materna de las mujeres indígenas, originarias y afroperuanas.

Es compromiso de los gobiernos locales y regionales, de los diferentes sectores del Estado y sus funcionarios. Mientras no asuman que los pueblos son producto de la diversidad étnica y cultural, son pocas las cosas que sepueden avanzar.   

Afortunadamente, en las últimas cuatro décadas el panorama se ha vuelto más favorable. Alzamora atribuye este cambio positivo a la intervención de organizaciones afrodescendientes y activistas yapateranos en favor no solo de la visibilización de su comunidad, sino del fortalecimiento de su identidad.
También ha sido clave el rol de las instituciones de la cooperación internacional, como UNFPA, que trabaja conjuntamente con el Estado y la sociedad civil para contribuir a enfrentar diversas problemáticas de las poblaciones más vulnerables. 

Para mayor información: https://peru.unfpa.org/es/registro-de-la-variable-etnica