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2022 marca un hito para los derechos reproductivos de las personas en el Perú: se conmemora el 50 aniversario del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) contribuyendo a los derechos y opciones para todas las personas en el Perú, especialmente las más rezagadas y vulnerables.

 

1969 marca el inicio del trabajo del UNFPA a nivel global. Desde 1972, el UNFPA inició operaciones en Perú. Es así que este año, 2022, conmemoramos 50 años de su presencia en el país con el objetivo de promover los derechos y las opciones de todas personas.

Significativo progreso ha visto el Perú en medio siglo de esfuerzos colectivos del Estado, sociedad civil, activistas y organizaciones como el UNFPA por hacer realidad la salud y los derechos sexuales y reproductivos de las personas. La posibilidad de ejercer estos derechos ha tenido un efecto multiplicador para el ejercicio de otros derechos, como el derecho a la educación y a la participación, y para la acumulación de capital humano y social para el desarrollo.

 

Perú como protagonista del cambio

 

En el Perú, hace cincuenta años, las mujeres completaban en promedio cinco años de educación, dos menos que los hombres. Hoy, hombres y mujeres estudian en promedio 11 años. La tasa global de fecundidad era de seis hijos por mujer, cerca de tres cuartas partes de la vida de una mujer adulta se pasaban en condiciones de embarazo o criando niños pequeños. Hoy, la tasa global de fecundidad ha descendido a una quinta parte.

Cuando UNFPA inició su trabajo la esperanza de vida al nacer en el Perú no alcanzaba los 55 años, hoy se aproxima a los 80 años. La cantidad de centenarios en el país no pasaba la decena, hoy hay cerca de dos mil. Hace cinco décadas, el uso de métodos modernos de planificación familiar en mujeres unidas no superaba el 10%. Hoy llega a 57%, aunque esta proporción sigue ubicándose en el rango más bajo de la región de América Latina y el Caribe (70%).

En el Perú, ha habido avances importantes para mejorar la atención del parto institucional y la atención prenatal. Además, por primera vez se aprobó una Política Nacional de Igualdad de Género y se viene implementando la Ley contra la Violencia hacia la Mujer y el Grupo Familiar. Estos avances no hubiesen sido posibles sin el valioso apoyo del UNFPA para asegurar los derechos humanos.

Como ilustran estos indicadores, el desarrollo de la sociedad peruana en las últimas décadas ha sido notable. Sin embargo, el progreso continúa marcado por persistentes desigualdades y, por tanto, la promesa de El Cairo no ha culminado. Así lo expresan brechas a nivel departamental, urbano-rural y entre las poblaciones más favorecidas y aquellas en mayor situación de vulnerabilidad, como las poblaciones adolescentes, indígenas, afrodescendientes, LGTBI+, con discapacidad, entre otros grupos que han sido relegados de los mayores niveles de bienestar alcanzados por el país.

Derechos y opciones para todas las personas

Que las personas puedan decidir libremente si tener hijos, cuántos y cuándo es determinante para su bienestar individual, el de sus familias e impacta en el progreso de sus comunidades. Desde la creación de UNFPA en 1969 -el mismo año en el que la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró que padres y madres tenían el derecho de determinar de manera libre y responsable el número de sus hijos y el espaciamiento entre sus nacimientos- el mundo ha protagonizado enormes avances en la calidad de vida de las personas, en aspectos como la economía, la educación, la salud y la participación política, entre otros.

Hoy, el UNFPA trabaja con Estados, organismos de la sociedad civil, la cooperación internacional y el sector privado con la misión de asegurar derechos y opciones para todas las personas. Para ello, busca lograr tres resultados transformadores al 2030: Cero necesidades insatisfechas de planificación familiar, cero muertes maternas prevenibles y cero violencia y prácticas nocivas contra las mujeres y las niñas.