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En la cultura preinca Tallán las mujeres destacaban por su rol de liderazgo administrativo y político. Narihualá, caserío ubicado en la actualidad en la localidad que fuera su principal asentamiento, sufrió el desborde del río Piura en marzo de 2017. 794 personas fueron damnificadas. Hoy, un grupo de mujeres líderes y emprendedoras, como sus antepasadas tallanes, busca salir adelante y acabar con la violencia y el machismo que se erigen como obstáculos para la recuperación de las comunidades damnificadas.

Las integrantes del comité “Banquito Comunal de los Milagros”, o El Banquito, como ellas le llaman, son en su mayoría artesanas. Hace 10 años, ellas decidieron unirse, respaldadas por el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA), para iniciar negocios y mejorar la calidad de vida de sus familias. Debido a su fortaleza, organización y trabajo en equipo, se les invitó a formar parte de un sistema de protección que contribuya a prevenir casos de violencia en la localidad.

“Empezamos a recibir talleres de violencia desde que sucedió la emergencia. Ahí fue la primera vez que nos dieron capacitaciones de cómo defendernos como mujeres, que no seamos maltratadas, que teníamos que llamar a la línea 100”, explica María Jesús, de 43 años, presidenta del comité.

Junto al Centro de Emergencia Mujer (CEM) y la Dirección Regional de Salud (DIRESA), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA)  organizó charlas de sensibilización dirigidas a adolescentes y mujeres para fomentar comportamientos de prevención de la violencia contra la mujer y cuidado de la salud reproductiva en campamentos y comunidades afectadas por las lluvias e inundaciones en Piura. En Narihualá, 699 mujeres participaron de estas actividades.

Además del spot, las mujeres de El Banquito instalaron en diferentes puntos de Narihualá afiches con información sobre la ruta de protección en caso de violencia, producidos de manera coordinada por entidades gubernamentales, organismos de las Naciones Unidas, la cooperación internacional y la sociedad civil.

De manera complementaria, el UNFPA inicio a un proceso de capacitación para fortalecer comités locales de protección, a través de sesiones de sensibilización y talleres, realizados en los campamentos y zonas afectadas. Las lideresas comunitarias de El Banquito participaron en varios de estos talleres, donde se trabajó la autoestima, la protección recíproca y la revaloración de las mujeres en la sociedad. Con ellas se ha realizado un mapeo de los riesgos, identificado las rutas de atención local, como primera respuesta en casos de violencia, y se ha fomentado la búsqueda de canales para difundir información relevante sobre integridad, seguridad y respaldo institucional a las víctimas de violencia.

Motivadas por su intervención en estos espacios, las integrantes de El Banquito acordaron producir un spot radiofónico y divulgarlo a través de las radio emisoras locales o radios-cañas, medios de comunicación de mucho arraigo en poblaciones rurales, con la finalidad de promover la protección en su comunidad.

 

Además del spot, las mujeres de "El Banquito" instalaron en diferentes puntos de Narihualá afiches con información sobre la ruta de protección en caso de violencia, producidos de manera coordinada por entidades gubernamentales, organismos de las Naciones Unidas, la cooperación internacional y la sociedad civil.

“Ayudamos a nuestra comunidad difundiendo lo que hemos aprendido para que no sólo quede en nosotras, sino también compartir las vivencias con otras compañeras y, si están sufriendo casos de violencia, que no tengan temor en denunciarlo”, precisa Miriam, artesana de 36 años.  

El spot empieza con decisión: “¡Basta de violencia!”, dice una mujer. “Enfrenta tus miedos. No te dejes maltratar. Tú también tienes derecho a ser feliz”, afirman otras voces. A continuación, se anima a las personas a buscar ayuda en la comunidad, romper el silencio y llamar a la línea 100 del Centro de Emergencia Mujer en búsqueda de apoyo o denunciando la situación de violencia de ser necesario.

“Nosotras vamos a ir a hablar con los propietarios de las emisoras de la comunidad, para que nos den un espacio. Yo sé que explicándoles que es algo bueno lo que se va a difundir, sí nos van a aceptar”, explica Socorro, comerciante de 41 años.

“Yo sé que las mujeres lo van a escuchar y van a entender a dónde pueden denunciar”, señala María Jesús. Su compañera Socorro, agrega: “eso es lo que esperamos, que cuando –las mujeres- escuchen el spot y sepan que no están solas, ellas se decidan a poner un pare a la violencia. Yo tengo la plena seguridad de que sí lo vamos a conseguir.

Por Ángela Valverde, comunicadora de UNFPA en el FEN Costero 2017.